La verdad es que no lo hago, no odio a Starbucks. Pero probablemente te haya impulsado leer este artículo un titular que, o bien te indigna o bien compartes, pero lo sientes. Te ha impulsado a leerlo un sentimiento por una marca. Sería ingenuo pensar que esto va sobre café: va sobre el alma. Cuando hablamos de branding siempre va sobre el alma. Pero, ¿estamos vendiendo nuestra alma al marketing digital?
El marketing digital ha sido la respuesta a las plegarias de los directores de marketing más ambiciosos. Nos permite implementar estrategias calculadas al milímetro, calculadas al céntimo. Podemos medir qué nos cuesta cada acción y sobre todo, ¡qué beneficios nos está dando! Pero cuando solo pensamos en números, los románticos del branding nos ponemos nostálgicos.
“Quizá sea por la frustración acumulada durante años de no poder medir los resultados de las campañas offline, pero en nuestras estrategias digitales nos estamos olvidando del alma.”
¿Por qué nos olvidamos del Branding en nuestras estrategias digitales? ¿Por qué solo pensamos en captar leads y alcanzar conversiones? Nos obsesiona. Quizá sea por la frustración acumulada durante años de no poder medir los verdaderos resultados de nuestras campañas, pero en nuestras estrategias digitales nos estamos olvidando del alma.
Cuando hablamos de Branding Digital, nos referimos a aquellas estrategias, procesos o técnicas que utilizamos con el objetivo de crear y posicionar una marca a través de diferentes plataformas digitales. Nada de conversiones, nada de clicks, nada leads. El objetivo es crear una marca. Es un objetivo que los profesionales del marketing digital minusvaloran en demasiadas ocasiones y los profesionales del B2B desprecian directamente.
La realidad es que el branding es necesario, y olvidarlo es un error. Y sí. También es necesario para el mundo digital e incluso para el B2B. ¿Solo te importan los números? Pues bien, hablemos de números. El 40% de los consumidores basan su decisión de compra según la confíanza que les despierta un producto, y por otra parte el 63% de los consumidores creen que la marca es el principal motivo por el que confían en un producto. Es decir, sin una buena marca, te pierdes el 25.2% del pastel.
“Sin una buena marca, te pierdes el 25.2% del pastel.”
Si no inviertes en marca, confías demasiado en tu producto. Como hemos dicho al principio, cuando hablamos de Starbucks no hablamos de café. Si habláramos de café, nadie estaría dispuesto a pagar casi 4 euros por un café con leche aguado. Porque ,no, no odio Starbucks, pero no me gusta su café. Pero el amor es así. Igual que en la vida real, no te enamoras de una cuenta bancaría, ni de la belleza, ni de lo mejor del mercado. Te enamoras de un alma.
¿Puedes asegurar que tu producto siempre será mejor que el de la competencia? Nadie puede. Más vale que vayas construyendo tu estrategia de marca. Construye una marca sólida, llena de significado y tan potente que tu público objetivo se olvide de tu producto, de su precio e incluso de que es peor que el de la competencia.
“Construye una marca sólida, llena de significado y tan potente que tu público objetivo se olvide de tu producto, de su precio e incluso de que es peor que el de la competencia. “
El manido caso de Intel. Puede que ya hayas odio hablar de él. Si tu marca B2B es potente, puedes dejar de leer a partir de este punto. Sino es así, nos has oído hablar de este caso de éxito lo suficiente.
Es un caso de branding B2B estupendo. Tan estupendo que no hablaremos ni del producto. ¿Para qué? Lo importante es que mi ordenador tenga Intel Inside. A nadie le importa qué haga Intel y por qué es importante que tu PC lo tenga – pero lo queremos.
¡A Intel le ha costado! Me imagino a sus directivos discutiendo: - “¿Por qué tenemos que invertir en branding? El branding no es para nosotros. No es para el B2B”. ¡Qué error hubieran cometido escuchando a los fantasmas de “nunca se ha hecho así”!
Intel decidió invertir una gran parte de su presupuesto en colaborar con la publicidad de sus clientes. Los ordenadores con procesadores de Intel se anunciaban con una cuña final con un “Chan-TunTunTun” que todos recordamos. Año tras año. Tampoco nos olvidamos de las pegatinas en el lado derecho de un nuevo ordenador. ¿El resultado? Todos queremos Intel.
¡Qué buen branding! Tan bueno, que muchos de nosotros ni si quiera sabemos qué hace el producto, pero queremos que un ordenador lo tenga. ¿Crees que un fabricante de ordenador escogería a otro proveedor fácilmente? Aún si supiera que Intel es peor o más caro, probablemente lo elegiría.
Descartar una estrategia de branding digital es un error. Es cierto que utilizar el marketing digital para captar leads y atraer tráfico es fantástico. Nos traerá grandes beneficios. Pero el branding es una inversión a largo plazo. Una red de seguridad para cuando tus productos no sean los mejores del mercado o una excusa para poder trabajar con márgenes de precio más amplios. Construir una marca potente, un alma a tu empresa, es el mejor seguro para tu negocio. La única manera de que tu público se enamore de ti ciegamente. Sin una marca, tu público siempre se irá al mejor postor. Sin alma, Starbucks no vendería ni un café.
Source www.xero.com