¿Ya tienes tu nueva web? ¡Felicidades! Pero, no lo des todo por hecho todavía: solo has dado el primer paso.
Una vez se ha concluido el proyecto web y si se han cuidado minuciosamente todos los aspectos a tener en cuenta, contaremos con un gran escaparate, preparado para atraer a nuestro público objetivo, pero que sin estrategia digital definida permanecerá escondido en un callejón, apartado del tránsito y con escasas opciones de crecimiento.
¿Y qué hay que hacer para conseguir dar el salto a la gran avenida? Hacernos visibles, contribuir a que se hable de nosotros: necesitamos adquirir presencia en la red e ir más allá de nuestra web. Es decir, tenemos que atraer y generar interés.
Por ello, es un error grave considerar que, una vez inaugurada la web, en la que se ha invertido tiempo y dinero, ya está todo hecho; pues para que la identidad digital de la empresa se entienda como un conjunto coherente, necesitamos fabricar y situar en su lugar el resto de piezas que rodean (y dirigen a) la web.
Para alcanzar estos objetivos se tendrán que llevar a cabo las acciones que mejor se adapten a tu negocio y a tus objetivos. Algunas de ellas pueden ser:
- Una estrategia de Content Marketing para mantener un flujo continuo de información a través de todas las posibilidades que ahora nos ofrece Internet. De esta forma, se aporta visibilidad a la información sobre el producto y se contribuye a la fidelización no solo durante todo el proceso de compra, si no durante mucho más tiempo.
- Publicidad y acciones de Search Marketing para generar visibilidad tanto de la empresa como de sus productos y de sus servicios. Es decir, estrategias de posicionamiento, campañas de pago por clic en buscadores, así como publicidad segmentada en redes de display.
- Interacción en Redes Sociales. Los perfiles sociales permiten investigar el mercado y localizar contactos interesantes. Además, contribuyen a dar más visibilidad a nuestro contenido, así como a amplificar la presencia de la marca en los nuevos mercados.
En cualquier caso, no todas las redes son adecuadas para todas las empresas. Es importante identificar qué redes te aportarán valor de acuerdo a tu modelo de negocio.
- E-mail Marketing. Sirve para establecer una relación continuada y útil con nuestros clientes y para vender más. Se puede llevar a cabo a través de Newsletters, que se suelen enviar una vez al mes y a través de los que se demuestra poco a poco el know how de la empresa a los potenciales clientes. También se puede desarrollar a través de campañas de email, que se utilizan para comunicaciones más puntuales y buscan una acción directa. Estas campañas suelen incluir promociones y reclamos comerciales.
Una vez se ha definido esta estrategia digital y el desarrollo web está tocando su fin (Fase 1), comienza la aplicación del plan de comunicación (Fase 2). Esta acción se prueba en 1 o 2 mercados y tiene como objetivo principal el aumento de la visibilidad de la empresa.
Por ello, si una vez aplicado se corrobora que las acciones son las adecuadas y que contribuyen a un retorno de la inversión (ROI) positivo, se valida la fase y se procede a la escalabilidad en la fase 3. Es decir, el plan de comunicación se escala a otros mercados (países) y/o a otras áreas de negocio y continúa su crecimiento.
Supongo que ya te habrás dado cuenta de que construir la identidad digital de tu empresa no es algo que pueda conseguirse de un día para otro. Por ello, no olvides tener en cuenta todos los aspectos que contribuyen a definirla y, sobre todo, asegúrate que llevas a cabo las acciones necesarias para dirigir a tus usuario al centro de la misma: la web corporativa.