Son muchos los escritores (y lectores) que no pueden soportar los artículos convertidos en enumeraciones y, antes de que abandones precipitadamente la lectura del presente, te queremos demostrar cómo pueden llegar a ser útiles.
No vamos a obviar la capacidad de atracción ni la gran cantidad de listas que viajan por la red del tipo “12 famosos que no reconocerías en la actualidad” o “6 razones por las que ser el hermano del medio es garantía de éxito”.
Las conductas psicológicas humanas no han cambiado demasiado después de todo, y es un aspecto que los profesionales del marketing inteligentes no pasan por alto.
Una de ellas es que, por alguna razón, quedamos algo hipnotizados ante los números. Cuando vemos un número en un titular, parte de nuestro cerebro se activa y somos más susceptibles de indagar en dicho artículo.
¿Significa esto que un artículo alcanza más lectores conforme contenga o no una cifra en el titular? No. Un número es un buen recurso para captar la atención, pero cabe no desprestigiar una sólida estrategia de redacción, un buen trabajo de contenido o una efectiva promoción.
De acuerdo, muchas personas inician la lectura debido al “poder” del número, pero no es el lugar correcto desde donde partir como redactores.
1. No empieces con un lista numerada
Si te ha sido encargado un artículo listado, no te limites a abrir un documento de Word y enumerar diez filas que irás rellenando. Es lo más fácil y rápido, pero no es lo correcto.
Lo primero es encontrar esa semilla que te dará el impulso para investigar, esa pregunta que necesita una respuesta, ese punto que pica la curiosidad. Y esta clave sólo está en tu audiencia.
Además, algunas de las mejores listas han surgido a partir de la reorganización de textos de contenido elaborado y divulgativo.
2. Entiende cuál es el problema que estás resolviendo
Sí, puede que haya problemas que no reluzcan por ser demasiado entretenidos. ¡Es aquí donde se pone a prueba tu gran trabajo como redactor! En esa capacidad de comprender las ansias que remueven a tu audiencia, sus temores, preocupaciones, sus necesidades de conocer y aquello que no están dispuestos a perder.
Cada audiencia tiene unas necesidades concretas. Un buen consejo es anotar todas esas preocupaciones que inquietan a tus lectores y, a partir de ahí, elaborar artículos listados, cuando tenga sentido, o utilizando otro método de persuasión que aprehendas.
3. ¿Qué lo convierte en fascinante?
La piedra angular de un buen contenido es la utilidad, pero utilidad sin interés ya lo cubre Wikipedia. De la misma manera que un artículo aburrido, por muy interesante que sea, no resulta exitoso.
Tampoco vale redactar magníficos titulares encabezando contenido aburrido o mediocre, lo único que conseguirás con esta “gran” estrategia es que la audiencia se entrene más rápido a evitar tu sitio web.
Un buen redactor de contenidos no se para con el problema, inherentemente interesante, sino que incide en los ángulos, busca elementos fascinantes. Un buen redactor es capaz de elevar el contenido de “moderadamente útil” a “de obligada lectura”, y es la narración o storytelling la que convertirá tu redacción en inolvidable.
Aquí es donde entra el arte del poeta, su capacidad de jugar con el lenguaje y fascinar a la audiencia.
4. ¿Cuál es el objetivo estratégico?
Crear contenido sólo para obtener tráfico y hacer que los anunciantes estén felices es la peor manera de hacer que tu página gane vida.
El marketing de contenidos ha cambiado las reglas del juego. No se trata tan solo de atraer miradas, sino que existe para dar apoyo a un negocio en el sentido de atraer nuevas perspectivas, educar y nutrir estas miradas antes de que estén preparadas para comprar.
Existe contenido para fidelizar clientes y contenido para educar perspectivas respecto a las razones de por qué eres tú la mejor opción para solventar sus problemas.
No se trata de lanzar contenido “a ver qué pasa”, sino de entender tu estrategia de contenido y porque estás escribiendo lo que estás escribiendo.
5. Conviértelo en digerible
Llegados a este punto, cabe estructurar la redacción de forma que sea agradable de consumir, y esto pasa por evitar largos párrafos de texto, tipografía diminuta o material audiovisual de baja calidad.
Una buena presentación no salva un contenido mediocre, pero sí que hace que la lectura de un texto bien elaborado sea disfrutada.
6. La promoción sí importa
Desarrolla una red de publicistas especialistas en tu tema, cultiva tu reputación como alguien que crea material épico, y recuerda que nada se vende por sí solo. Incluso los grandes contenidos necesitan de un pequeño empuje.
7. ¿Cuál es el siguiente paso para el lector?
La parte más ardua de la redacción de contenidos es que tan solo eres bueno mientras lo es tu post.
Así pues, si sigues detenidamente los primeros seis pasos y acabas con una buena audiencia de lectores fascinados que quieren saber más, no olvides haber pensado detenidamente acerca de los pasos que quieres que sigan estos lectores.
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